I may be on the side of the angels, but don't think for one second that I am one of them.

27.12.12

Bedroom Acoustics spoiler




La idea ya se estaba formando en mi cabeza. Había empezado a hundirme de a poco en la realidad, en una verdad que jamás hubiera esperado. Sentí el impulso de empujarlo, golpearlo, maltratarlo, pero me contuve. Y se me enfrió la mente: no, yo jamás le haría ningún daño. Pero él sí me lo estaba haciendo. Hubiera preferido que me gritara o que me pegara un cachetazo, me habría dolido muchísimo menos.
No respondió. Se quedó ahí parado, con los brazos en jarra y el agua chorreándole por el torso, trasparentando más su camisa.
–Andate –le ordené con frialdad, procurando no llorar.
No dijo nada, tampoco se movió. Me miraba con una expresión que aumentaba mi ira, mi desesperación, mi tristeza.
– ¡Andate! –repetí, con más fuerza que antes. – ¿Viniste para decirme esto y regodearte? Andá, volvé con ella, que sean muy felices porque yo, definitivamente, no puedo.
Abrí la puerta y lo miré, esperando a que se fuera. Se acercó con lentitud, aún en silencio. No, no quería que se fuera. Quería que se quedara, que tuviera un hijo conmigo, que estuviese conmigo para siempre. Lo estaba perdiendo, volvía a quedarme sola, más sola que nunca. Quería agarrarlo por las solapas del blazer y empujarlo. Pero ya estaba caminando hacia la puerta, no había vuelta atrás.
Para mi sorpresa, al llegar a la puerta, no salió. La cerró y se paró frente a mí, sosteniéndola con la mano.
–No me voy a ir –dijo. –No voy a dejarte sola en este estado.
– ¿En qué estado estoy? –lo desafié. –Estoy bien, me puedo cuidar sola. Ya no soy un bebé.