
Júrame que eres inmune, y aún así no te creeré. Cuando me miras, mariposas. Kinética, transforma tu potencial en movimiento, no te detengas aún. Llévame allí, al centro de tu fantasía, sin espacio ni tiempo, ahí mero, dónde estamos ambos. Mátame en un abrazo, electrizante la piel, porque es la piel misma, porque estás ahí, de verdad. Niégame un beso para que me desespere, y sea yo quien lo busque y tú rías. Olvida luego por qué lo negaste, y dámelo mil veces más. Compénsame. Pídeme un capricho, y te concederé dos. Aprovecha que me tienes ahí... donde soy toda tuya. Quítame un peso de encima, al agregar tu peso al mío. Rúgeme en un delirio que me haga ronronearte, buscarte en el cuello. Sácame de quicio, como haces siempre, pero allí, conmigo. Tiéntame con un anhelo, que lo descubra y me haga querer más... adíctame aun más... Úsame una y otra vez. Haz de mí una herramienta de antojos y adicciones, cumplidos todos. Veme que me tienes ahí en en el centro de la fantasía. ¿Qué harás cuando despierte, siendo todo tan real? "¿Por qué?" preguntarás cuando me desvanezca. Pero si fue un día. O quizás dos, o tres... o un mes. X, marcame con una X, todo punto de mi cuerpo que atesores. Que luego recuerdes en un mapa mental. Y al fin, tocáme de nuevo, en una caricia misteriosa, que exprese en el tacto todo lo que tus ojos dicen, pero no hable tu boca.